Más que lamentar los resultados tan nefastos conseguidos por nuestros estudiantes, habría que plantearse las causas que nos han hecho llegar a ellos, así como los mecanismos que deberían habilitarse para solucionar el problema. Se necesita un serio debate social y político sobre el funcionamiento de la educación en este nuestro país en el que se impliquen de verdad todos los estamentos y se les exija un consenso, aunque sea en unas bases mínimas, que permita no estar dando bandazos de unos planes a otros y una financiación adecuada y real con la situación que (mal)vive. Un artículo de E. Piera que me gustó al respecto lo encontraréis en:
Poco conocimiento
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